Hace una semana, mis mayores preocupaciones eran dos: que pegara el tercer episodio (Luz), y un ruido raro que le empezó al Chunche en la mufla. Entonces, abro mi compu y leo las noticias. En Nicaragua murieron 11 personas a manos del gobierno, y en Guatemala decenas perdieron su vida por una erupción volcánica. Veo a mi alrededor, y recuerdo como hace tan sólo unos años hubiera sentido tremenda culpa. Culpa inexplicable. Culpa de que precisamente mis problemas, no eran verdaderamente problemas en un contexto mayor. Son más bien dilemas. Conflictos internos que no tienen nada que ver con mi integridad física o mi posibilidad de satisfacer necesidades básicas.

¿Adónde voy con esto? A un llamado de atención y un sentido reconocimiento al sufrimiento y valentía de nuestros vecinos. O visto de otra manera, una llamada de atención sujeta al privilegio de ser tico o tica. El privilegio de no haber elegido nuestra tierra, y aún así haberla recibido a puertas abiertas. El privilegio de preocuparnos por presas y por aguacates. No pienso entrar en índices de felicidad ni tampoco en nacionalismos, ni mucho menos ignorar los grandes retos de pobreza y dificultades que miles de ticos y ticas enfrentan. Sencillamente quiero visibilizar la suerte de no haber conocido la guerra, tener libertad plena de expresión y decisión, y el hecho que de las más frecuentes críticas al gobierno sea por las calidad de las calles, no la dirección de las balas. El privilegio, al ser reconocido; deja de ser fuente de culpa, y pasa a serlo de agradecimiento. Y es que así me siento, agradecido. La antítesis de la culpa, en una sola decisión.

Ayer, hablando con un lituano, me contaba como su infancia y adolescencia trascendieron en eras soviéticas donde lo único seguro era la mordaza, hablando “X” en su casa, “Y” en la calle. No por elección, sino por seguridad. O sea, nuestro privilegio tico no sólo es presente, sino histórico. Trasciende el tiempo, y sino lo ciudamos, se puede esfumar.

Por eso hoy quisiera aprovechar el megáfono que este blog me permite, para sacar el fútbol de la cabeza e invitarlos a actuar de dos maneras:

  1. Apoyando a nuestros hermanos y hermanas nicas en cualquier manifestación en contra del gobierno de Ortega, demostrando una vez más que somos un país mayoritariamente tolerante y empático.
  2. Donar lo que se siente consecuente a los damnificados guatemaltecos a raíz de los deplazamientos del Volcán Fuego. Click aquí para donar

 

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