Después de una dura derrota, se permite estar triste y de “duelo” durante 24 horas. Al término de este lapso, frente en alto, positivos, y a trabajar fuerte otra vez para conseguir las metas que nos propusimos. Esto era lo que siempre decía el CEO de Manchester City, Ferran Soriano, a lo largo de mis años trabajando en ese equipo.
Han pasado 24 horas desde la derrota contra Serbia, y ya tengo la calma para sentarme a escribir lo que vivimos ayer y enviarles un mensaje que espero cale profundo durante los próximos 15 días.
El partido de ayer fue duro. Durísimo de experimentar. Sufrido. Sin lugar a duda, ha sido una de las derrotas que más me han pegado. No lo niego. Es bien conocido que el primer partido de un mundial es generalmente el más importante y uno que hay que ganar. Lo vivimos en los mundiales de Italia y Brasil, donde empezamos ganando contra Escocia y Uruguay y logramos pasar el grupo. Duele aún más cuando era un partido ganable, contra el rival más accesible del grupo, y cuando uno ha puesto en pausa la vida del día a día para dejarse llevar por este sueño llamado Subite al Chunche que depende tanto del rendimiento de la selección. Esta vez, realmente necesitaba estas 24 horas para pensar en lo que pasó ayer, entender que fue lo que más me molestó, y ver qué podemos hacer desde Subite al Chunche para enderezar el barco.
Los aficionados al fútbol esperamos cuatro años para que llegue este mes y soñamos con ver a nuestra selección jugar en el mundial. Los jugadores y cuerpo técnico se preparan durante meses para este campeonato y los aficionados ahorran durante años para poder venir a ver a La Sele jugar. Todos llegamos al mundial con el mismo sueño: llegar lejos en el mundial; como mínimo verlos pasar de grupo. No podemos dejar que ese sueño se esfume tan rápidamente por 90 minutos donde nos metieron un gol descomunal y nosotros no pudimos meter los chances que tuvimos.
Peor aún, no podemos permitir que la afición y prensa la tome en contra de nuestros jugadores y cuerpo técnico cuando se vienen los 15 días más importantes para el fútbol nacional de los próximos cuatro años. La historia nos ha demostrado que cuando la afición y selección están unidas, nada es imposible. Ahí es cuando se forjan las grandes victorias y eso es lo que necesitamos ahora.
A la afición le quisiera pedir lo siguiente: durante las próximas dos semanas, hagamos un esfuerzo por dejar de criticar y apoyemos con todo lo que tenemos a ese mismo equipo que tantas alegrías nos ha dado. Creamos en que pueden como una vez pudieron. Sino creemos nosotros en ellos…¿quién lo hará?
A fin de cuentas todos queremos volver a callar al mundo ganándole a Brasil y a Suiza. ¿Que parece imposible? Puede ser, pero lo bonito y único de un mundial y del fútbol es que nada está escrito. A la hora que suene el pito el próximo viernes, los nombres no cuentan, y serán 11 contra 11 detrás de un balón donde todo es posible. Lo hemos hecho nosotros en Italia, en Brasil y en el Azteca. Lo ha hecho Keylor ganando tres Champions seguidas. Lo hizo Islandia contra Argentina y México contra Alemania. Y un ejemplo muy similar a nuestra situación presente…lo hizo Uruguay en el mundial pasado después de haber perdido contra nosotros. ¿Por qué no podemos puntear contra Brasil y ganarle a Suiza? Claro que se puede y nos la tenemos que creer nosotros primero.
¿Que hay cosas que no están bien en La Sele en este momento? Sí, todos, y estoy seguro que hasta los mismos jugadores, están claros de eso. Pero este no es el momento de debatir sobre lo que está mal. Este es el momento de ponernos la roja y apoyar con todo. Los jugadores tienen que sentir que estamos con ellos y necesitamos convertirnos en el jugador número 12. A todos los ticos que estamos en Rusia, no hay que parar de alentar. En el estadio el próximo viernes, tenemos que ser una sola voz durante los 90 minutos, ¡Porque esto lo sacamos juntos!
Y si tuviera el chance de hablarle a los jugadores, les diría lo siguiente: Si disfrutaron Brasil y creen que eso fue heróico, sacar dos buenos resultados en los próximos 10 días los hará leyendas. Demuéstrenle al país que lo de Brasil fue por ustedes y no por Pinto; acaben con ese trillado tema de una vez por todas. Enséñenle al mundo que seguimos siendo los matagigantes y que tenemos el corazón para pelearle y ganarle un partido a cualquier equipo del mundo. Mátense en la cancha por nuestro país. Que cada pique que hagan sientan el empujón de los 5 millones que estamos detrás de ustedes para que corran más rápido. Que cuando les quede un gol, sientan la fuerza de todo el país listo para quedar afónicos de la celebración. Pero más importante, que se unan como equipo y que dejen todo en la cancha y podamos celebrar juntos ese tan ansiado pase a la segunda ronda del mundial.
Hace 24 horas creía que todo estaba perdido. Ahora siento la fe. Estoy seguro que esto lo podemos sacar juntos.
Un equipo no es nada sin su pueblo. Un mundial no es nada sin esperanza.
¡Vamos Costa Rica, vamos Sele carajo!